MENTIRAS EN VITRINA


Muchas veces la soledad firma nuestra sentencia, muchas veces la decepción y la tristeza se trasforman en un cuarto oscuro en el cual nos perdemos para siempre; sin que nadie lo note, sin que nadie se fije, por que nuestra sociedad ya esta tan llena de mentiras que esconderse en una de ellas es tan fácil que a nadie parece importarle. Y quisiera primero que todo dejar en claro que las mentiras de las que hablo no son esas burdas excusas que provocan risa, o esos cuentos “urdemalianos” que surgen de nuestra, a veces, turbia y creativa imaginación; ¡no!, las mentiras de las que hablo son aquellas que hablan de lo peor de nosotros, de nuestro tiempo: son las socialmente aceptadas.

Jessica Osorio, 38 años, separada. Se debate hoy entre la vida y la muerte. Ella creyó que las manos especializadas de un medico sin escrúpulos borrarían sus penas, sus recuerdos tristes, que le cambiarían la fachada a aquella vida que suele en la amargura parecer la peor de todas y que le darían las esperanzas y la confianza que ella necesitaba para empezar de nuevo. Rosa Cano, separada de 48 años, con un inminente cáncer que avanza por su cuerpo flagelado producto de sendas inyecciones de silicona líquida aplicadas por una supuesta “amiga” que le aseguró que la falsa belleza sería el imán para el amor verdadero.

Estos dos terribles casos que nos han conmovido estos últimos días son de aquellas personas que no lo lograron, y que en su dolor nos sirven para replantear y mirar a fondo las cosas, lo que realmente estamos haciendo, lo que realmente estamos ocultando, por que el punto no es sólo quirúrgico (ese es solo la punta de iceberg), el punto es que nos acostumbramos a tapar el sol con un dedo, nos acostumbramos a lo inmediato, nos acostumbramos a “echar tierrita encima”, a “enmasillar” sentimientos, dolores, complejos y traumas, nos acostumbramos a la solución fácil que entra por los ojos y que se esconde del alma: nos acostumbramos a mentir. Y siendo esto así no solo servirá apresar a quienes no cumplen las leyes o culpar a los que no las formulan como corresponde, pues igual estos vicios estarán ahí, paseándose en modelos, actrices o en distintas vitrinas de exposición pública, nublando y encandilando las mentes de aquellas personas que en su soledad, o en su inconformidad ven en esto la solución a todos sus problemas.

Debemos replantearnos seriamente los caminos que utilizamos para conseguir las cosas que queremos, así como también los verdaderos motivos por los cuales las queremos, pues la rapidez no es sinónimo de eficiencia y nuestra cultura de la inmediatez nos ha enseñado que solo entrega soluciones efímeras e insustanciales en todos los ámbitos. La soledad no se arregla cosméticamente, sino sentimentalmente, con tiempo, como todo.

“LO EXTERIOR SÓLO ES REAL EN LO INTERIOR”