LA TIERRA DE LOS ADONIS ACÉFALOS
Quizás habría que echarle la culpa a la televisión, con sus tentáculos y su seductora persuasión, o al cine y su mundo de fantasía, o a la globalización (en estricto rigor, “Occidentalización”), con sus tendencias importadas, lo cierto es que últimamente se ha puesto de moda un estilo de vida que es la perfecta combinación entre el deporte y la mas absoluta insustancialidad: la cultura del seudo fitness.
En un mundo como hoy, en donde la comida chatarra es el pan de cada día, nadie discute la necesidad imperiosa de tener una vida mas saludable, natural y deportivamente activa, el problema radica cuando el fin último se trastoca y se desvirtúa, cuando mas que cultivar un cuerpo saludable se cultiva una apariencia, una mentira con bonita fachada. Hoy en día abundan las personas que hacen todo lo humana e inhumanamente posible por verse bien (sin que sea requisito prioritario el sentirse bien), y se deshacen en gimnasios, en pesas y en maquinas varias con la única esperanza de verse como atletas, no importando que en pos de ese objetivo hagan incluso cosas que vayan en contra de todo lo saludable que puede ser el sano ejercicio: la idea es lograr lo dicho anteriormente (ojalá rápido), sea como sea.
Hace poco veía en Internet la historia de un tipo que, cegado por lograr ese ansiado look de físico culturista, se inyectó hasta que su piel no pudo resistir mas, las fotos mostraban un brazo a punto de explotar… en ese caso ni siquiera era destacable el esfuerzo o la dedicación, pues toda ilusión era gracias a químicos e inyecciones raras. Pues bien, muy cerca de tipos como este está un gran porcentaje de jóvenes que han caído en la estúpida adoración al cuerpo “Socialmente perfecto”, que, cual fundamentalistas, los hace ir religiosamente a esos templos de las máquinas, donde el vino es un “Gatorade” y el pan una “Power bar”, sin siquiera pensar otra cosa que no sea, ¿en cuánto tiempo quemo mas grasa?, ¿en qué maquina trabajo mejor los pectorales? O ¿qué suplemento o pastillita me sirve para optimizar el ejercicio?, en síntesis, cuesta al final del día saber quienes realmente son las maquinas, si el montón de fierros retorcidos o el monotemático robot que hace uso de ellas, y cuesta también pensar en cómo no son capaces de ver que, si bien la actividad física y su consecuente desarrollo son cosas muy loables, no lo es buscar solamente el fin estético del asunto, hipotecando cualquier desarrollo intelectual que complementaría lo que buscan alcanzar.
"TRISTE DE LA TIERRA DE LOS ADONIS ACÉFALOS, QUE MIRAN SU CUERPO, COMPLETAMENTE EMBOBADOS, CASI SIN ENTENDER QUE HAN QUEMADO Y GASTADO MUCHO MAS QUE UNA CALORÍA"
Quizás habría que echarle la culpa a la televisión, con sus tentáculos y su seductora persuasión, o al cine y su mundo de fantasía, o a la globalización (en estricto rigor, “Occidentalización”), con sus tendencias importadas, lo cierto es que últimamente se ha puesto de moda un estilo de vida que es la perfecta combinación entre el deporte y la mas absoluta insustancialidad: la cultura del seudo fitness.
En un mundo como hoy, en donde la comida chatarra es el pan de cada día, nadie discute la necesidad imperiosa de tener una vida mas saludable, natural y deportivamente activa, el problema radica cuando el fin último se trastoca y se desvirtúa, cuando mas que cultivar un cuerpo saludable se cultiva una apariencia, una mentira con bonita fachada. Hoy en día abundan las personas que hacen todo lo humana e inhumanamente posible por verse bien (sin que sea requisito prioritario el sentirse bien), y se deshacen en gimnasios, en pesas y en maquinas varias con la única esperanza de verse como atletas, no importando que en pos de ese objetivo hagan incluso cosas que vayan en contra de todo lo saludable que puede ser el sano ejercicio: la idea es lograr lo dicho anteriormente (ojalá rápido), sea como sea.
Hace poco veía en Internet la historia de un tipo que, cegado por lograr ese ansiado look de físico culturista, se inyectó hasta que su piel no pudo resistir mas, las fotos mostraban un brazo a punto de explotar… en ese caso ni siquiera era destacable el esfuerzo o la dedicación, pues toda ilusión era gracias a químicos e inyecciones raras. Pues bien, muy cerca de tipos como este está un gran porcentaje de jóvenes que han caído en la estúpida adoración al cuerpo “Socialmente perfecto”, que, cual fundamentalistas, los hace ir religiosamente a esos templos de las máquinas, donde el vino es un “Gatorade” y el pan una “Power bar”, sin siquiera pensar otra cosa que no sea, ¿en cuánto tiempo quemo mas grasa?, ¿en qué maquina trabajo mejor los pectorales? O ¿qué suplemento o pastillita me sirve para optimizar el ejercicio?, en síntesis, cuesta al final del día saber quienes realmente son las maquinas, si el montón de fierros retorcidos o el monotemático robot que hace uso de ellas, y cuesta también pensar en cómo no son capaces de ver que, si bien la actividad física y su consecuente desarrollo son cosas muy loables, no lo es buscar solamente el fin estético del asunto, hipotecando cualquier desarrollo intelectual que complementaría lo que buscan alcanzar.
"TRISTE DE LA TIERRA DE LOS ADONIS ACÉFALOS, QUE MIRAN SU CUERPO, COMPLETAMENTE EMBOBADOS, CASI SIN ENTENDER QUE HAN QUEMADO Y GASTADO MUCHO MAS QUE UNA CALORÍA"
